Respuestas y atajos... [Holdsworth]

Generalmente no hacia esto en mi trabajo, pero era una necesidad, debia pensar, debía aclarar ideas, mantenerme firme, y preguntarme concentradamente… ¿Qué era lo más rápido? ¿Cuál es el atajo para llegar a esa respuesta?
Me acerque a mi escritorio, moví papeles, cajones, pero nada… – Accio patentes – 3 patentes llegaron a mi mano, estaba cubiertas por una especie de carpeta de cuero de piel de dragón de color negro, y estaba enrolado con un lazo rojo, los tres.
Rápidamente, mis ojos se movieron de lado, ansioso por terminar cada frase, cada párrafo… - lotería… - me dije a mí mismo. Sin previo aviso, moví mi brazo, lanzando algo imaginario hacia un objeto de mediano tamaño, que estaba cubierto por una tela negra. La tela de movió y dio vida al violín que estaba debajo del, comenzó a tocar algo muy suave, pero al paso de los minutos, la melodía comenzaba a incrementarse…
Ethan… estando de pie, apoyo su cuerpo en el escritorio de madera, tenía la mirada perdida, su mirada sería, pero de pronto, desvió sus ojos y vio la última carta que recibió de su esposa, durante la tarde, justo en ese momento, el violín deja salir un estruendo, una melodía mucho más fuerte y sonora… cerró los ojos, esta vez bien fuertes, y trato de calmar al violín.

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- Ya lo tengo… - la melodía comenzó a disminuir poco a poco, hasta llegar a un silencio, que no fue duradero gracias a las zancadas de Ethan en el piso de madera, se dirigió a la red flu y apareció en el hall de otro departamento del ministerio – donde está Holdsworth – no parecía una pregunta, más bien una orden para que le contestaran de inmediato..

- ¿acaso nadie sabe donde esta? ¿Qué es esto? ¿acaso debo tomar un numero y esperar a que alguien me de una respuesta decente? – nadie hablaba, todos miraban como el ayudante personal de la ministra de magia hablaba en voz alta - ¿es que acaso nadie hace bien su trabajo en esta sección? ¿Quién es el responsable?... – mi voz esta fuerte, clara y potente, pero nunca alterada… Pero de pronto una voz femenina y conocida paso choco con mi espalda, observe las miradas de los empleados del departamento, se habían alegrado de ver a la Sra. Holdsworth.

- Pues claro que es usted… ¿Quién más podría ser? – mi rostro parecía asombrado, estaba algo inquieto, muy inquieto, mi mirada recorrió alrededor de ella, no venía con nadie, no parecía ocupada… – vamos a su despacho, ¿le parece? – mi postura era erguida, mis manos pasaron a estar en mi bolsillo, mi chaqueta, que ese día vestía de un índigo claro, casi gris, jugaba muy bien con mi piel, hacia que se viera más clara.

No era la primera vez que venía a hablar con la Sra. Holdsworth, la ultima vez, fue con la ministra de magia, conversamos varios putos sobre los informes que iban y venían cada día, buscábamos uno en especial y ese finalmente se había perdido, pero claro… era un documento del Año antes de Cristo. – por favor… - abrí la puerta de su despacho e hice que ella entrara primero, cerré la puerta detrás de mí y espere a que ella se pusiera cómoda.

- Me veo alterado, lo sé… pero debe entenderme, no quiero que mal interprete las cosas, debe conocerme después de todo este tiempo – alce mis cejas como si fuese un novedad. – en fin… he encontrado las patentes de 3 individuos que son responsables del uso de magia… oscura. Uno es de Londres, los otros… - Deje las tres patentes sobre el escritorio – De Alemania y Francia… tres personajes distintos. – busque los ojos de Madame Holdsworth. – usted debe tener el caso de cada uno, el por qué se le dieron estas patentes, y si me pregunta… creo que en su tiempo, fueron aurores, por algo son estas patentes, se les dieron un tiempo para que cumplieran algo… y debo saber por qué. Por cierto, estas patentes ya vencieron. ¿Tiene algún información al respeto? Tal vez, algún caso de accidente, un mal uso de la magia… bueno, eso está claro.