Ilona Balanescu

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Cualquier intento por predecir cómo es Ilona cae en el error la mayor parte de las veces. Su físico es el de una mujer muy atractiva, de cabello negro largo y ondulado, ojos azules de mirada enigmática y sensual; Un cuerpo lleno de curvas, tanto en el pecho como en las caderas. Se sabe guapa y lo usa tantas veces le sea posible. Usa ropa normalmente negra y siempre va maquillada con esas sombras oscuras que hacen que el iris resalte aún más, gusta también de llevar los labios de un rojo carmín.

Si alguna vez has leído Amistades Peligrosas de Choderlos De Laclos, la personalidad de Ilona se asemeja mucho a la de la Marquesa de Merteuil. Una mujer que ha aprendido a comportarse como los demás desean verla. El éxito de su carisma se basa en la máscara que siempre lleva en la cara. Sabe que la reputación de una mujer reside en la manera de expresarse, es por eso que siempre escoje las palabras adecuadas todo el tiempo. Siempre supo que el rol al que estaba condenada desde niña era el de permanecer callada siendo mujer, porque aunque sí, las mujeres tienen su voto y voz, siempre ha sido el hombre quien domina el mundo. Permaneciendo en la sombra de la gente aprendió a observar y a escuchar, a mirar lo que sea que la gente estaba dispuesta a ocultar a los ojos de los demás. Aprendió que podía usar ese conocimiento para tenerlos en la palma de su mano. Aprendió a verse felíz aún así se estuviera encajando un tenedor en la mano. Se volvió una mujer virtuosa. Consultó los moralistas para aprender a como comportarse, a filósofos para aprender cómo pensar y novelistas para saber lo que a los demás los enternecía. Y todo siempre se redujo a una sóla meta: ganar o morir. Si quiere un hombre, lo tiene. Si ese hombre desea decir algo de ella para amenazarla se da cuenta que no puede. Así de simple.

Ilona... Ilona. Hija de un empresario rico de Bucarest, muggle, y una bruja periodista. Elena, su madre, era una mujer que siempre tuvo una ambición más allá de los límites. Desde que Elena era niña siempre supo que lo que quería tendría que obtenerse y encontraba la manera de hacerlo. Primero comenzó con juguetes, luego con permisos, después con los hombres. Ilona sacó eso de su madre. Elena nunca fue rica, esa es la verdad, vivió en una casa de clase media donde su cuarto era de cuatro por cuatro. Cuando creció y se dio cuenta de sus dotes físicas , entonces, supo que era esa su arma más poderosa. Nicolae, por otro lado, era un empresario exitoso y lleno de riquezas. Siempre tuvo todo y lo que le faltaba era el amor de una mujer. Entonces se encontró con Elena, cuya brillantéz era tan atrayente que después de un mes de conocerla le propuso matrimonio. Elena vió ahí su oportunidad de obtener eso que tanto quería.
Se casaron y Elena vivió con opulencias. Gastaba en zapatos, en ropa cara y Nicolae no dudaba en darle todo lo que ella quisiera, era su adoración. Sin embargo, ese derroche exesivo de plata tenía una condición. Después de un año de casados Elena tendría un hijo.
Y así fue. Quedó embarazada y a los nueve meses dio luz a una niña a la que le pondrían Ilona (como uno de los ancestros de Nicolae). La niña fue educada por su madre toda la vida. Obviamente una vida de sociedad requería que, tanto esposa como hijas, estuvieran doblegadas a mantenerse calladas y fingir que todo mundo les agradaba. Entonces, mientras seguían con su máscara social, Elena le enseñó a su hija que tenía que aprender a escuchar y observar a todos aquellos que quisiera tener en la mano. Ilona aprendía rápido. Pronto obtenía regalos de los socios y accionistas de su padre. Más grande obtuvo lugares preferenciales en ciertos eventos con tan solo amenazas y las palabras correctas. Se hizo de un poder extraordinario a los ocho años.
Nicolae se dio cuenta de esto y reprendió a su hija, pero a su esposa nunca, quien se hizo la desentendida de todo lo que Ilona hacía.
Entonces tuvieron otra niña, Ana, quien resultó ser la bondad en patas. Algo que realmente vino a patearle la vida a Ilona quien perdió la atención de su padre y la de toda la gente que la rodeaba.
Sin embargo, ella era lo suficientemente lista como para darse a querer. Aprendió a hacerse la víctima y a sacar provecho del exeso bondadoso de su hermana, cosa que le funcionó bastante.
Entonces, cuando cumplió los diez, le llegó una carta invitándola a la Vrăjitoarele Tinere, escuela de brujas en Targoviste, donde le dieron una educación más que deleitable.
Cumplidos los diecisiete se graduó y decidió darse un tiempo para ser autodidacta. No era un secreto para ella que su madre practicaba magia negra y se especializaba en conjuros y hechizos prohibidos. Así que con esa edad su madre le abrió la biblioteca secreta para que accediera a todo ese conocimiento. Pronto supo de pociones, hechizos y prácticas que le ayudaron a obtener más de lo que quería.
Investigó incluso la historia de Tom Riddle, el mago que había hecho más magia oscura que ella y su madre en toda la vida. Se deleitó con sus ideales y su astucia, el número de seguidores que se hizo con el tiempo y la habilidad de mantener el mundo mágico bajo una sombra de terror durante siete años.
Viajo a Londres con veintidós años para investigar más sin embargo se encontró con la ley de prohibición, lo que le truncó los planes. Como no deseaba regresar a Bucarest en un buen rato, decidió establecerse en Londres y pedir una plaza en la escuela Hogwarts. Su gran y amplio conocimiento de la mente le ganó el puesto de Profesora de Legeremancia y Oclumancia, además de que decidió hacerse responsable por la casa de Slytherin con la que guardaba muchas semejanzas y, obviamente, el amor por que Tom Riddle saliera de ahí.
Un año después de entrar a Hogwarts fue "llamada" por Ray Westman, un hombre de extraño acento y buen físico, para unirse a un grupo formado por los antiguos seguidores de Tom Riddle. Encantada por la idea aceptó y entonces fue tatuada con lo que lleva en la parte baja de la espalda.
Es la protectora de las gemelas Hassall.