Melantha T. Petrakis

Spoiler:

Lo que uno puede decir de Mellie en cuanto la conoce, es que es chispeante, en una sola palabra. Todo en ella desborda energía, y pasa la mayoría de su tiempo sonriendo, ya que es una optimista nata. Su alta capacidad intelectual la ha hecho recibir varias becas estudiantiles alrededor de todo el mundo mágico. Su personalidad es muy profunda y tiene varias aristas que nadie conoce aun, y que ella se esfuerza por mantener en secreto. Es enigmática y sabe muy bien como conseguir lo que quiere. No tiene miedo de utilizar sus ‘encantos femeninos’ para poder lograr lo que desea, asi como también su gran cerebro. Exhuma sensualidad y armonía. Es una amiga excelente, fiel y buena oyente. Sin embargo, cuando se enfada no se soporta ni ella misma. Suele ofuscarse y no mantener conversación con la persona que la hizo enojar por un buen rato, hasta que las aguas dentro de ella se calmen. Realmente odia como se pone cuando se enoja. Odia llorar, y jamás lo hace enfrente de otra persona, ya desde niña solamente lloraba o bajo la ducha o en la oscuridad de su cama. No es enamoradiza, y prefiere amar profundamente a un muchacho y estar segura de que es amada en la misma medida, a arriesgarse a amar en soledad y terminar con el corazón hecho trizas.
Es completamente independiente y neutral por excelencia. No quiere pertenecer a ningún bando, ni Umbra ni The Path. No halla razón en ninguno. Sin embargo, su bar Las Tres Escobas, es el único terreno NEUTRAL de todo el reino mágico. No le gusta mucho comer, por lo que siempre vive con lo minimo indispensable. Tiene un miedo terrible a engordar, y sufrió una leve anorexia cuando tenia 13 años, pero ya la supero, solamente que aun continua haciendo dietas todo el tiempo. Su tipo de chico perfecto, es el típico chico malo, ese de las películas, el villano que todos odian, pero que ella ama.

Spoiler:

Spoiler:

Hace ya largos 24 inviernos, en las cálidas tierras de Atenas, nacía la joven Melantha, hija única de Kostas Petrakis y de Sylvia Erul. Kostas era un rico empresario dueño de una cadena de yates y cruceros de lujo, honorable como pocos, pero ni una gota de sangre mágica corría por sus venas. Sylvia, por su parte, venía de un antigüo linaje de brujos y brujas turcos, poderosos pero en decadencia. Desde el momento en que se conocieron, se amaron y de ese amor surgió Melantha. El joven matrimonio se amaba y era completamente feliz, pero había algo que los atormentaba. En Grecia había problemas contra el mestizaje de sangre. Problemas muy graves, el Ministerio de Magia local trataba de proteger a las familias de este tipo, pero la persecución era cruda. El cuerpo de Aurores no podía hacer nada, ya que cada insurrecto anti Mestizaje que caía, aparecían más. Discretas redes de polvos Flu se incorporaron como medida de escape, incluso un programa de hechizos protectores para que funcionaran como ‘pantalla’ ante los detectores de sangre muggle en las venas de los magos que usaban los puristas. Lamentablemente, los padres de Melantha no sabían como ocultarse, y decidieron dejar su amado país, por medio de una conexión Flu a Londres, cuando Mellie tenía unos tiernos 5 años, y no se separaba de su muñeca ‘Letha’, ni podía dejar de mirar todo con ojos demasiado adultos para su edad. Empacando todo y dejando todo el dinero en cuentas a nombre de su hija, la familia partió. Pudieron conseguir una linda casa protegida en Hogsmeade. La vida parecía fácil y tranquila. Kostas invirtió en el Bar Las Tres Escobas y lo compró. Sylvia comenzó a reformar el local, hasta convertirlo en un vistoso pub de estilo irlandés con toques orientales. Sin embargo, esto duró pocos meses, porque los Puristas los habían rastreado, pero junto con eso, la familia se vió atrapada en el ojo de la tormenta que fue la Batalla de Hogwarts. Todo Hogsmeade fue atacado, pero los Puristas los hallaron y con especial saña, torturaron, y mataron a Kostas enfrente de los ojos de su esposa e hija. En medio de la pelea, Aurores fieles a Dumbledore y que apoyaban a Harry Potter, aparecieron pero no hicieron nada por detener la tortura del padre de Mellie. Una vez que los Puristas acabaron con él, recién empezaron a pelear, sin siquiera preocuparse por las dos mujeres que estaban en la habitación.
La huella de esto le dejo algo bien en claro a Melantha: No hay ni bien ni mal. Con esto como su mantra para seguir adelante, fue a Hogwarts, el Sombrero la envió a Slytherin, egresó con facilidad gracias a su gran ambición y con las mejores notas de su clase. Muy pronto obtuvo becas alrededor del mundo, con las que estudió Ciencias Dragonistas, Runas Antigüas, Lenguajes Olvidados, Oclumancia. Junto con un extraño personaje de origen japonés, aprendió Defensa contra las Artes Oscuras, en pleno Tokio Moderno, por lo que sabe todo lo referido a lo que hoy en día es “Tabú”.
Con el paso del tiempo, reclutadores tanto de Umbra como de los Caminantes la quisieron en sus filas, pero ella los rechazó a veces con vehemente elegancia, pero otras usando otros métodos menos ortodoxos. Basándose en eso, decidió regresar a Hogsmeade, y remodelar las Tres Escobas, con el mismo estilo de decoración que le había dado su madre (quien, luego de batallar varios años contra la nostalgia de perder a Kostas, murió de una larga y dolorosa enfermedad). Y así, con una mentalidad de negocios única, Melantha forjó el único lugar en el mundo mágico donde Umbra y The Path podían reunirse a tomar algo, y charlar, ocultos y mimetizándose con brujos comunes. Claro está, que nadie dice nada, y nadie los conoce. Ambos bandos son un mito, y es mejor que se mantengan así. Es simple: ella no los delata, ellos no le hacen daño, ni la protegen. Ella mantenía el orden en ese sitio, completamente embrujado para invalidar hechizos de ataque o incluso, el efecto de pociones controladores o de daño físico y mental. Lo que pasaba detrás de las puertas del bar, ya no era asunto suyo, así que allí hicieran lo que quisieran. Pero, si alguien entraba a las Tres Escobas, debía comportarse. También, ella jamás se inclinaría hacia ningún bando, sin embargo, ellos continuamente la quieren en sus filas, asimismo, jamás hará algo que favorezca a ninguna organización.