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Los días se transforman en semanas, y las semanas... en meses.
Harry Potter, el Elegido, el Niño que Sobrevivió, ya se encuentra cursando su sexto años en Hogwarts. Siempre rodeado de sus inseparables mejores amigos, Ron y Hermione; los tres son conscientes de que a medida que el tiempo pasa, más cercano se encuentra el enfrentamiento final, la gran batalla que se inició hace dieciséis años ya. Potter y Lord Voldemort, el Señor Oscuro, cara a cara. Porque ninguno podrá vivir mientras el otro siga con vida.

Si bien en Hogwarts, la Escuela de Magia y Hechicería, se creían a salvo, se equivocan. Lord Voldemort, antes conocido como Tom Marvolo Riddle, ha decidido mover una nueva ficha. Escondido bajo el rostro de Orión Kakiouzis, Voldemort ha logrado traspasar la defensa del castillo y ha comenzado a reclutar a una nueva generación de mortífagos: se hacen llamar los Spell Bounds y, liderados por la Slytherin Nirvana Iableé, presunta hija del mismísimo Señor Tenebroso, reclutan a una nueva élite de seguidores de Lord Voldemort con no otro objetivo que el de terminar la misión que la antigua generación de seguidores oscuros, los inferiores mortífagos, como ellos afirman, no pudieron llevar a cabo: reducir la escuela y acabar con Harry Potter, el muchacho de la profecía.

Pero no todo es tan sencillo como parece... Y es que nuestros magos y brujas se están haciendo mayores, y es casi imposible tratar de negar las atracciones reinantes, cada vez más evidentes. El Niño que Sobrevivió logró olvidar a Cho Chang, y ahora tiene sus ojos puestos en la menor de los Weasley quien, tras terminar su relación con el Ravenclaw Michael Corner, parece ser incapaz de pensar en otro que no sea el muchacho de la cicatriz. Sin embargo, la pareja no lo va a tener tan sencillo para comenzar una relación, no sólo por las constantes bromas de los Weasley al respecto. Nirvana Iableé –¿o debería decir Nirvana Riddle?– también parece haber puesto sus ojos en el muchacho Elegido, incluso sabiendo que su misión consistirá en acabar con él. Esta atracción está comenzando a crear problemas en la relación que posee con Ajax Iableé, su propio hermano adoptivo y otro Spell Bound. Se siente irremediablemente celoso, aunque tampoco puede negar que sus deseos comienzan a desviarse hacia otra muchacha: la Gryffindor Hermione Granger. No es casi ningún secreto que ve a Ron Weasley como algo más que a un amigo, y ahora que este ha terminado su relación con Lavender Brown las cosas deberían ir rodadas. Sin embargo, ahora es Ron el que tiene tremendos ataques de celos al verla cerca del Slytherin, y termina amigándose con Zoey Broussard, consiguiendo un efecto de celos similar en Granger.

En la casa Slytherin se encuentra también Draco Malfoy, convertido recientemente en un mortífago siguiendo los pasos de su padre, Lucius. Después de que el señor Malfoy fallara en su intento de hacerse con la profecía, los Malfoy han ido descendiendo en su posición dentro de los mortífagos. ¿Y cuál es el papel de Draco para remediarlo? Cumplir con su primera y gran misión: acabar con la vida del director de Hogwarts, Albus Dumbledore, y burlar la protección del castillo para que los mortífagos puedan entrar; pues ni siquiera Draco sabe que su señor se encuentra en el castillo, capitaneando a los Spell Bounds. En un principio, esta misión habría de quedar en secreto y sólo un reducido grupo de mortífagos lo sabrían. Pero Narcissa Malfoy, consciente de que tal vez su hijo no sea capaz de llevar a cabo tal misión, realiza un Juramento Inquebrantable con Severus Snape con Bellatrix Lestrange como testigo, mediante el cual Snape habría de comprometerse a cumplir la misión de Draco si este fallara. Así pues, Snape, principal espía de la Órden dentro de las filas de Voldemort, se predispone a convertirse en el verdugo del mago en quien guarda más lealtad.

Draco, por su parte, cada vez siente más la presión de ser un mortífago. Entiende cuán importante es que realice su misión, pero una parte de él sabe que no será capaz de mirar a su director y de matarlo. Mientras dentro de Draco comienzan a surgir las primeras dudas, ha conocido a Rawrie Rockefort, una dulce y risueña Ravenclaw cuya sonrisa casi le hace olvidar los problemas que lleva encima, y de la cual está empezando a enamorarse. Rawrie sabe perfectamente qué siente por el muchacho rubio, pero tampoco lo va a tener fácil: Pansy Parkinson, otra de las prefectas de Slytherin, está más que dispuesta a conquistar al joven Malfoy, y no piensa permitir que Rockefort se le acerque un milímetro.

Los Spell Bounds se movilizan. Bajo una promesa de lealtad y servidumbre eternas, cada vez son más los seguidores de Voldemort dentro del castillo. Todos defensores de la pureza de la sangre, todos preparados para cumplir cada una de las órdenes que su amo y señor, Tom Riddle, les imponga. Creando cada vez más y más problemas. Nagini, el horrorcrux vivo de Voldemort, también se ha internado en el castillo bajo la forma de Desdémona, hermana menor de Orión. Con habilidades de metamorfomago trata de seducir cruelmente a Snape tomando a menudo la forma de Lily Evans, buscando que este entienda que ha de estar de su parte; por no hablar del problema en el que ha metido a los gemelos Weasley quienes, dejándose seducir por su hermosa y frágil forma humana, no sólo ambos se han enamorado de ella sino que incluso han llegado a las manos entre ambos.

Los mortífagos, ignorantes de la creación de esta nueva élite de seguidores del Señor Tenebroso, continúan sembrando el terror en Londres a la espera de la llegada de las órdenes y misiones de su líder. La Órden del Fénix permanece también a la espera, tratando de averiguar los próximos movimientos de su peor enemigo. Y mientras tanto, el curso en Hogwarts avanza. Nuevos alumnos, nuevos hechizos, nuevas ambiciones.