Dramas de los que me gustan (?)

Es miércoles por la mañana, aún no comienzan las claces, y yo estoy aquí porque no podía dormir, eso de compartir habitaciones nunca me ha gustado, más cuando he necesitado deshahogarme. No puedo llorar en los malditos baños porque está la estúpida fantasma esas... no lo puedo hacer en las gradas del campo del asqueroso juego de pelotas porque siempre hay alguien y lo único que me queda es el asqueros rincón en el que estoy.

Aún estoy en pijamas, una bluza rosa con calaveras y un pantalón a juego donde el patrón se repite de manera continua y exagerada... Me encuentro con la cabeza entre las rodilas y mis brazos abrazando a mis piernas... no estoy bien, es obvio que no, pero el por qué estoy así no te lo diré, no tiene sentido decirlo, no tienes el suficiente intelecto para comprenderme.

No se tardarían en escuchar los alumnos y maestros poblando cada rincón del colegio, y al celador andar de aquí para allá quejándose de los ineptos alumnos que le multiplican el trabajo.

Limpie mi ojos y mi nariz con un pequeño pañuelo que llevaba ya hecho girones en las manos y me levanté de a golpe al escuchar abrirse la perolla de la puerta.... Diría que tenía alergia... sí eso diría a quien fuera la persona tras de la maldita puerta, si llegaba a peguntar, claro.

Era muy temprano aún, ni siquiera estaba todavía muy despierta, pero debía cumplir mi castigo. El día de ayer sin querer dejé caer una gran cantidad de jugo de calabaza, luego traté de limpiarlo con magia y termine con un desastre mayúsculo en plena sala común. Afortunadamente fui la ultima en entrar a ésta, así que debi ser la primera en levantarme, ya que debía limpiar mi desastre a la forma muggle.
Salí a escondidas, en pijama con la capa de la escuela, porque era negra y porque fue la primera que tuve a la mano cuando una de mis compañeras estaba apunto de despertar.
Corrí al armario de las escobas, donde se supone deberían haber escobas y esas cosas para limpiar. No había nadie más cerca, para mi gran fortuna.
Abrí de golpe el armario, y me encontré con una chica; la había visto antes, era Slytherin, pero no recordaba su nombre. Tenía los ojos llorosos.
-Lo siento- dije de pronto. No esperaba encontrarme con nadie. -¿Estás bien?

Una chica rubia es la que se habia hecho presente, una Ravenclaw, me parece, un año ,más grande que yo tal vez.

–Estoy bien, sólo con un poco de alergia, es todo.- Le dije con seriedad y luego alcé una ceja.- ¿Buscas una escoba... algún trapeador?.- No creo que haya nada más interesante o mi paranoia me hacía creer que me había visto entrar a ese lugar.- O hace frio a esta hora para fumar al aire libre.... eso?.- Reí y puse mi cabello detrás de la oreja.

–Soy Antoinette ¿Y tú?.- No me acerqué, desde el metro que nos distanciaba había dicho aquello.

Por supuesto que éste era uno de esos momentos incomodos, segun parecía, la chica tenía sus problemas y yo estaba interrumpiendo, por supuesto, el armario de las escobas no era el sitio más privado del mundo, ¡punto para mi! En fin, de todas formas lo hecho estaba hecho, y no parecía tan molesta.
-un trapeador en realidad- conteste tan mecanica que ni siquiera me di cuenta. Reí por lo de fumar, yo estaba totalmente en contra de esas cosas, pero claro, ella no lo sabría porque no nos conociamos.
-Elizabeth, pero me llaman Lizzie casi todos- me presenté desde el marco de la puerta donde aun me encontraba -Es que ensucie algo en mi sala comun y ahora debo limpiarlo a lo muggle... larga historia- justifiqué un poco, porque si, era un poco raro estar a esas horas ahí.