Susannah M. Hywell

Susan es una mujer de facciones angelicales, con su rostro pálido, ojos verdes y cabello negro ondulado. Aunque siempre parece una mujer pacífica la mayor parte del tiempo es severa y muy exigente. Su complexión es delgada y curvilínea, de porte elegante y gestos con gracia. Suele usar trajes que le sean cómodos y de colores claros. Aunque es una mujer muy atractiva no gusta de resaltar nada en ella. Simplemente se limpia la cara por las mañanas y se pone un poco de maquillaje para ir a trabajar a Gringotts-

Dura y exigente. No hay dos palabras mejores para describirla. La muerte de su esposo de manera tan fría y sin justicia la han hecho una mujer que no puede dar el brazo a torcer y tampoco puede mostrarse vulnerable ante cualquier cosa. Si necesita algo lo hace ella y punto, no necesita de nadie que le ayude en nada. Así pues, es bastante independiente y se toma muy en serio todas las cosas, desde su trabajo en la tienda como su deber con los Caminantes.
Escoje a la gente con pinzas porque sabe que no se puede confiar en absolutamente nadie. Su esposo era nieto de un mortífago y ella no lo sabía. Odia los secretos aunque ella mantiene los suyos.
Hermética muchas veces por miedo a que puedan lastimarla a ella o a cualquier persona cercana, por eso trata a su hija como la trata.

La manera en la que comienza mi vida no es exactamente lo que se dice “interesante”. Empezó como cualquier otra, con un hombre y una mujer que decidieron tener un descendiente en sus vidas.
Mi madre era una mujer francesa de nombre Mila que dedicaba su vida a atender una tienda de libros en París; mi padre, por otro lado, era un mago bastante importante en la Academia Beauxbeatons cuya clase era Historia de la Magia. ¿Cómo se conocieron un profesor y una dependienta de librería? Sencillo, ella era su alumna.
Aunque suene a trasgresión de la ley no tiene nada que ver con ello. Mi madre tomaba clases particulares con mi padre y fue tanta la pasión de ambos por el conocimiento de la Historia que terminaron enamorándose. Además, a lo mucho mi madre tendría tres años menos que mi padre, no era una gran diferencia.
Con el matrimonio ya en papeles ambos magos decidieron asentarse en la calle Rue Lepic donde compraron una casa de dos pisos bastante acogedora.
Aunque el matrimonio fue viento en popa los primeros años, tanto el ego de mi padre como el orgullo de mi madre hicieron que poco a poco su lazo se comenzara a romper y como última alternativa decidieron tener un hijo.
Si, algo que los uniera de un modo distinto a los simples intereses.
Me tuvieron de la forma tradicional en la familia de mi padre: en la alcoba. No quisieron un hospital, ambos preferían que viniera una matrona al cuarto de mis padres y que atendieran a mi madre a la antigua. Nací a las dos de la mañana el cuatro de enero.
Y sí, lo que mis padres pensaban con tener un hijo los unió por un tiempo, hasta que yo tuve cinco años y otra vez comenzaron las peleas por poder dentro de mi hogar.
Mi ingreso a la Academia de Beauxbeatons fue reemplazada por el viaje de mudanza con mi madre a Londres, donde asistiría a Hogwarts.
Me quedé en la casa de Gryffindor donde cursé los siete años obligatorios y posteriormente, después de pasar mis EXTASIS, viajé otra vez a París con mi padre.
Siempre, desde que supe la magia que tenía en mi, decidí que sería maestra y no me importaba realmente de qué escuela. La oportunidad de ser compañera de mi padre en Beauxbeatons se me antojó bastante sustanciosa tomando en cuenta que yo aún era muy joven, pero con influencias y la confianza de mi padre, ingresé en menos de un mes a dar clases de Encantamientos.
La experiencia fue muy fructífera, amaba enseñar todo lo que sabía, sin embargo, yo no aspiraba para encantamientos. Lo que deseaba era dar otro tipo de clases en Hogwarts y aunque me aceptaron en una carta que envié, la ley contra el uso de la magia ofensiva me hizo retroceder en mis aspiraciones. No estaba de acuerdo, claro que no. Para mi esa clase era una de las más importantes y si esta no se impartía los estudiantes quedarían vulnerables. No quise dar clases en ninguna escuela más.
Defraudada tuve que resignarme a trabajar en muchos lugares, entre ellos, Ollivander’s donde la conocí.
No planeo revelar su identidad, eso significaría un peligro para ella. Simplemente puedo decir que su gran carisma y entusiasmo hicieron que yo aceptara ayudarle en una misión que ella estaba formando para hacer un grupo que enseñara a magos adultos y estudiantes las prácticas que se habían prohibido. Como contacto frecuente estaba un hombre rubio que se llamaba Rupert. Era como su mano derecha y confiaba plenamente en él para guiarme en los preparativos para el grupo que, tiempo después, llamarían The Path. Rupert y yo nos mantuvimos en contacto casi diario y hacíamos planes para reclutar gente, dónde encontrarla y cómo convencerlos. De amigos pasamos a algo más y de ese algo más…
Nos casamos y aunque a mis padres no les agradaba mucho -por sus prejuicios con la idea del matrimonio- lo hicimos. Nos fuimos a vivir juntos y después de un año tuvimos a Carys. Nuestra felicidad incrementaba con los seguidores de los Caminantes y la dulzura que nos transmitía nuestra hija. Sin embargo, toda esa felicidad no duraría para siempre. El dos de Noviembre, un grupo de antiguos mortífagos irrumpieron en nuestro hogar mientras Carys y yo nos hallábamos fuera. Quisieron obligar a Rupert a que se les uniera por que él era nieto de uno de ellos. Su moral y convicción, además de compromiso con la causa, hicieron en el gran incapié así que se negó. Sin más lo asesinaron a sangre fría.
Yo lo encontré tirado en el piso de la sala con los ojos en blanco.
Le hicimos un funeral, Selene no pudo estar presente pero igual sufrió nuestra pérdida.
Desde ese momento yo tomé el lugar de Rupert en The Path y cuando Carys tuvo la edad suficiente la postulé ante Selene como reclutadora en Hogwarrts.
Al principio la idea no le agradó porque sería poner en riesgo la vida de mi hija, sin embargo, Carys abogó por sí misma.
Después de eso reclutamos a varios y el grupo se hizo cada vez más grande. Para cubrir nuestra guarida hicimos que la casa de Iván Dozlov, el otro miembro de confianza de Selene, se convirtiera en una tienda de objetos misceláneos donde ahora trabajo medio tiempo.
Tomé clases de Dragonología con un mago anciano que tenía su negocio cerca del nuestro y cuando supe que se abría esa vacante en Gringotts no dudé e hice mi entrevista de trabajo.
Sí… tengo muchas ocupaciones ahora pero eso nunca me ha importado.