Prohibido... y ¿que mas da? (James Potter)

Algo adormilada se encontraba la joven slytherin mientras caminaba por los oscuros, amplios y algo sucios pasillos de hogwarts, era domingo no había mucho por hacer, la mayoría seguro había ido a hogsmeade o tal vez a visitar a sus familias, que se yo, lo único que sé es que soy de las pocas personas que se quedo en hogwarts, no estoy acostumbrada a levantarme tarde la mayor parte del tiempo ya estoy despierta mucho antes de que suene el despertador, pero la semana fue tan pesada y ajetreada que la verdad lo único que quería era dormir lo suficiente como para poder recargar esas pilas y energía perdidas durante toda la semana . Mientras caminaba por el castillo se escuchaba el lamento y la plática de los fantasmas y fotografías.

Caminaba por uno de los tantos caminos que da a los terrenos de hogwarts cuando me encontré con Peeves, ese desgraciado Poltergeist que solo se la pasa burlándose de quien pase por su camino, comenzó a tararear una burlesca canción sobre mi pijama morada con adornos de unas ovejitas en los pantalones, -si me encontraba merodeando por el castillo en pijama, solía hacerle cuando era día de descanso, mi pijama es la mas cómoda que eh tenido jamás- , -Te dará frio con esa diminuta blusa que se hace pasar por pijama ,menciono el enfadoso Poltergeist, -Es una pijama de tirantes común y corriente Peeves, no sabía bien la razón de porque le estaba contestando , que tonta, si le seguía el seguiría molestando, lo mejor sería ignorarlo, pero era casi imposible, el muy tonto me persiguió durante un buen rato, cantando una tonta canción. Llego un punto en el que ya no soporte su chillante voz que decidí ponerle fin a sus bromas y comentarios, -Peeves! Aléjate de mi o llamare al Barón Sanguinario, te cuento hasta 3, una, do…, no había ni terminado de contar el numero dos cuando Peeves había desaparecido a toda prisa, una sonrisa de victoria se dibujo en mi rostros y yo mejor seguí mi camino antes de que este regresara.

Llegue hasta los jardines minutos más tarde de aquel encuentro con Peeves , buscaba a Selyn , mi amado Deminguise que se había levantado muchísimo antes que yo, como no había muchos estudiantes en el castillo Selyn se dejaba ver, fue muy fácil encontrarlo, jugaba en las ramas de uno de los arboles muy cercanos al bosque prohibido, corrí un poco hasta llegar al árbol , -Selyn, ven vámonos, no has desayunado, baja ya, parecía que le había hablado la pared, solo me miro un poco y siguió jugando, -¡Selyn baja ya!, Selyn bajo a toda prisa del árbol , brinco hasta mis brazos, se abrazo de mi cuello como suele hacerlo para saludarme por las mañanas, justo en ese momento a lo lejos se escucharon algunas voces, Selyn se asusto y salió corriendo hacia el bosque prohibido, yo trate de agarrarlo, en mi intento solo recibí una caída y no pude atraparlo , -No!, ¡Regresa!, grite después de ponerme de pie y sacudirme un poco , odiaba que fuera tan miedoso a veces, -Selyn no puedo entrar ahí, está prohibido, además no tengo ni mi varita y traigo pantuflas puestas!, fue en vano el no hizo caso alguno, mire a mi alrededor para ver si no había rastros del guardabosques o de algún chismoso que me viera entrar , no había nadie, así que sin pensarlo dos veces me adentre en bosque en búsqueda de mi deminguise.

Mi camino por el bosque “prohibido” de tras de aquel ingrato animal fue más largo de lo que esperaba, en todo el trayecto tuve que esquivar varios obstáculos que constaban de ramas de los arboles, piedras y ramas secas tiradas por todos lados, en dos ocasiones tuve que llevarme la mano para tapar la nariz y boca al mismo tiempo pues las esporas de las plantas de los alrededores causaban estornudos un tanto fuertes de esos que hacen que te estremezcas toda. Tantas historias se escuchaban de este boque, criaturas extrañas y peligrosas, así como plantas dañinas para cualquier mago o bruja, honestamente no sabía si todo esto era cierto pero muy dentro de mi le pedía a Merlín que si existían no me encontrara con ninguna, pues la muy inteligente de yo había dejado mi varita en mi habitación, -Selyn!, gritaba exasperada mientras caminaba, a veces odiaba aquel comportamiento libre y travieso de mi mascota.

-Selyn ven aquí ya o no Habrá comida por el día de hoy , castigar a mi demiguise sin comida era como tortúralo pues es un tragón de primera, bien puede comerse la fruta de los arboles de medio bosque y quedar con ganas de mas, se escuchaban las hojas y las ramas de los arboles moverse cada que Selyn se movía fue por esos sonidos que lograba seguirlo, después de unos minutos, ni idea de cuantos, se detuvo en un árbol lleno de frutos que nunca había visto esto hizo un nudo en mi garganta, me preocupaba que clase de fruto era, tal vez podría dañarlo o incluso matarlo, -¡Selyn no!, ¡no comas eso! , casi por inercia corrí hasta aquel árbol donde Selyn se encontraba, por suerte el árbol era de estatura pequeña y estirando los brazos pude tomarlo con fuerza, le quite el fruto de su mano y lo abrace, -¡Chango loco!, no comas cosas que no conozcas, la palabra de chango lo hizo enojar tanto que comenzó a moverse bruscamente , llamar chango a un demiguise es una gran ofensa para ellos pero estaba un poco molesta que lo dije sin pensar.

Selyn se movía de una manera tan brusca que lo tuve que soltar, regreso dando de saltos hasta el árbol donde lo había bajado, pero esta vez no tomo la fruta para comerla, si no para aventarla contra mi , cruce los brazos frente a mi cara para que no la golpearan, varios de esos frutos lograron impactar en mi cuerpo , no dolió pues no los tiraba con tanta fuerza era solo una forma de decirme que estaba enojado , -Ya ya!, varias risas salieron de mi mientras trataba de aplacar a Selyn, -Lo siento no vuel…, calle de golpe, me pareció haber escuchado el sonido de las hojas del piso crujir, alguien o algo estaba cerca sabía que no era producto de mi imaginación porque Selyn había desaparecido, se sentía a amenazado, comencé a buscar mi varita pero la había olvidado, me sentía indefensa y con miedo si no tenía esa varita cerca, hice lo primero que se me ocurrió, que fue esconderme detrás de unos pequeños arbustos que se encontraban muy próximo al árbol donde Selyn se encontraba, al acomodarme sentí como Selyn brincaba hasta mi cuello causando que las hojas de los arbustos se movieran e hicieran ruido , -Shh, nos pueden ver, musite.